Semana de duelo en el fútbol español entre el Real Madrid y el Barcelona; y en eso mismo terminó el madridismo: en duelo. Otro partido crucial que acaba con las ilusiones de la afición blanca para esta temporada; y momento importante para la reflexión de todo el madridismo.
Si bien en el pasado el madridismo ha cometido el error de prescindir de entrenadores cuando éstos no cumplen los objetivos (9 entrenadores en 6 años), comienzo a ver un cambio de mentalidad. En el pasado, tanto la afición como la directiva del Madrid fueron víctimas de ansiedad, producto de los malos resultados especialmente en la Champions League, la competición más importante para el Real Madrid. No se gana ésta desde la temporada 2001-02. Durante toda la temporada, incluso después de perder 0-2 en el “Partido del Milenio”, se notó el apoyo incondicional de los aficionados y jugadores madridistas con su entrenador, Manuel Pellegrini.
Esto es más impresionante aún cuando la prensa madridista, liderada por el Diario Marca, el periódico deportivo con más repercusión en España, ha sentenciado a Pellegrini en cada uno de los 3 “match-balls” que tuvo esta temporada y que acabaron perdiendo los merengues. Me refiero, en primer lugar, a la eliminatoria y lección de humildad que recibieron en la primera ronda de Copa del Rey: cuando el Madrid perdió contra el Alcorcón de Segunda B, noticia que causó una especie de “shock” mundial en el deporte por la diferencia de presupuestos de los dos equipos. Luego, por sexta vez consecutiva, perdieron en octavos de finales contra el Olympique de Lyon. Ahora están casi descartados para ganar la liga después de la derrota ante el Barsa.
El fanático del Real Madrid ve a su eterno rival y entiende, por primera vez, que no va a caer en la trampa sensacionalista de siempre. No va a cortar cabezas de entrenadores a mansalva, ni empezar un proyecto de nuevo, ni contratar nuevas estrellas. Sabe que, a golpe de talonario, no se llega al éxito. En este deporte la pelota puede picar para cualquier lado, así, ni una inversión de 300 millones de euros como la de esta temporada, ni las grandes estrellas contratadas, te aseguran poder pasar de la primera ronda de la Copa del Rey.
El aficionado madridista esta vez apuesta por la tranquilidad y la paciencia con el entrenador que parece no tener apoyo ni de su misma directiva. El aficionado entiende que un proyecto así tarda años en cumplirse. Entrenadores como Arsene Wenger, considerado uno de los grandes, pretendido por el Madrid, no ganó ningún título en su primera temporada en el Arsenal y después de ganar la Premier y la FA Cup el año siguiente, tuvo que esperar 4 años más para ganar de nuevo la Premier.
En España, no es ningún misterio la destitución de técnicos en masa (9 esta temporada), pero al ver los números del Madrid de Liga, que son de récord y considerar que compite casi al mismo nivel del Barsa, considerado como el posible mejor equipo de la historia contemporánea, no me cabe duda de que la calma debe reinar en el banquillo del Madrid: llegarían muchos títulos con el Ingeniero Pellegrini. Sin embargo, Pellegrini parece estar sentenciado. Las apuestas de la prensa madridista son Mourinho, Rafa Benítez, Capello y Ancelotti todos entrenadores ganadores, pero fundamentalmente ultra defensivos, que no van con la filosofía de un club que históricamente siempre sale a buscar el partido, a marcar muchos goles y gustar a los aficionados con un juego de toque, pero siempre con mucha verticalidad.
Espero que si se equivocan y despiden a Pellegrini, venga entonces uno de la casa como Míchel, ex jugador del Madrid partícipe de la “Quinta del Buitre” (5 Ligas consecutivas, 2 Copas de la UEFA y 2 Copas del Rey). Míchel lo viene haciendo muy bien con el Getafe y sin duda inspiraría en el plantel los valores que representa el Madrid: casta de un señor club que nunca se rendía e imponía tan máximo respeto, que los rivales, al saltar al campo, ya iban perdiendo medio partido, víctimas del miedo escénico.
Veremos que nos trae el tiempo.
Eduardo Siblesz
Si bien en el pasado el madridismo ha cometido el error de prescindir de entrenadores cuando éstos no cumplen los objetivos (9 entrenadores en 6 años), comienzo a ver un cambio de mentalidad. En el pasado, tanto la afición como la directiva del Madrid fueron víctimas de ansiedad, producto de los malos resultados especialmente en la Champions League, la competición más importante para el Real Madrid. No se gana ésta desde la temporada 2001-02. Durante toda la temporada, incluso después de perder 0-2 en el “Partido del Milenio”, se notó el apoyo incondicional de los aficionados y jugadores madridistas con su entrenador, Manuel Pellegrini.
Esto es más impresionante aún cuando la prensa madridista, liderada por el Diario Marca, el periódico deportivo con más repercusión en España, ha sentenciado a Pellegrini en cada uno de los 3 “match-balls” que tuvo esta temporada y que acabaron perdiendo los merengues. Me refiero, en primer lugar, a la eliminatoria y lección de humildad que recibieron en la primera ronda de Copa del Rey: cuando el Madrid perdió contra el Alcorcón de Segunda B, noticia que causó una especie de “shock” mundial en el deporte por la diferencia de presupuestos de los dos equipos. Luego, por sexta vez consecutiva, perdieron en octavos de finales contra el Olympique de Lyon. Ahora están casi descartados para ganar la liga después de la derrota ante el Barsa.
El fanático del Real Madrid ve a su eterno rival y entiende, por primera vez, que no va a caer en la trampa sensacionalista de siempre. No va a cortar cabezas de entrenadores a mansalva, ni empezar un proyecto de nuevo, ni contratar nuevas estrellas. Sabe que, a golpe de talonario, no se llega al éxito. En este deporte la pelota puede picar para cualquier lado, así, ni una inversión de 300 millones de euros como la de esta temporada, ni las grandes estrellas contratadas, te aseguran poder pasar de la primera ronda de la Copa del Rey.
El aficionado madridista esta vez apuesta por la tranquilidad y la paciencia con el entrenador que parece no tener apoyo ni de su misma directiva. El aficionado entiende que un proyecto así tarda años en cumplirse. Entrenadores como Arsene Wenger, considerado uno de los grandes, pretendido por el Madrid, no ganó ningún título en su primera temporada en el Arsenal y después de ganar la Premier y la FA Cup el año siguiente, tuvo que esperar 4 años más para ganar de nuevo la Premier.
En España, no es ningún misterio la destitución de técnicos en masa (9 esta temporada), pero al ver los números del Madrid de Liga, que son de récord y considerar que compite casi al mismo nivel del Barsa, considerado como el posible mejor equipo de la historia contemporánea, no me cabe duda de que la calma debe reinar en el banquillo del Madrid: llegarían muchos títulos con el Ingeniero Pellegrini. Sin embargo, Pellegrini parece estar sentenciado. Las apuestas de la prensa madridista son Mourinho, Rafa Benítez, Capello y Ancelotti todos entrenadores ganadores, pero fundamentalmente ultra defensivos, que no van con la filosofía de un club que históricamente siempre sale a buscar el partido, a marcar muchos goles y gustar a los aficionados con un juego de toque, pero siempre con mucha verticalidad.
Espero que si se equivocan y despiden a Pellegrini, venga entonces uno de la casa como Míchel, ex jugador del Madrid partícipe de la “Quinta del Buitre” (5 Ligas consecutivas, 2 Copas de la UEFA y 2 Copas del Rey). Míchel lo viene haciendo muy bien con el Getafe y sin duda inspiraría en el plantel los valores que representa el Madrid: casta de un señor club que nunca se rendía e imponía tan máximo respeto, que los rivales, al saltar al campo, ya iban perdiendo medio partido, víctimas del miedo escénico.
Veremos que nos trae el tiempo.
Eduardo Siblesz
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